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La verdad incómoda de la menopausia: por qué tantas mujeres buscan ayuda y nadie les explica nada

  • Foto del escritor: Hensei Bio Salud
    Hensei Bio Salud
  • 28 nov
  • 7 Min. de lectura
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Durante años, la menopausia fue tratada como un tema menor. A muchas mujeres se las descalificó con frases como “te quejás demasiado” o “es la edad”. Mientras tanto, millones atraviesan síntomas que les cambian la vida: noches sin dormir, ansiedad que no existía antes, niebla mental, aumentos bruscos de peso, sofocos, debilidad ósea, cambios en el ánimo. Y como nadie les da una guía clara, terminan buscando en Google, en influencers o en suplementos de moda.

Ahí aparece la pregunta que nadie responde: ¿qué dice realmente la ciencia y qué debería saber cada mujer para dejar de sufrir a ciegas?




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Cuando la información falta, el sufrimiento se multiplica

La mayoría llega a esta etapa sin un mapa. No saben qué es normal, qué es tratable, qué requiere ayuda médica y qué es simplemente mala información que se arrastra desde hace décadas. Y esa falta de claridad se traduce en algo muy concreto: años de síntomas y malestar que podrían haberse evitado.


Hay algo que debería decirse con total honestidad (y casi nunca se dice): la menopausia no es una enfermedad, pero sí es un cambio profundo. Y como todo cambio hormonal grande, requiere decisiones informadas. Es ahí donde tantas mujeres quedan completamente solas.


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La terapia hormonal: la herramienta más efectiva, pero injustamente demonizada


Los estudios son consistentes desde hace años: para sofocos, insomnio, alteraciones cognitivas, sudoraciones nocturnas y cambios de ánimo, la Terapia Hormonal de Reemplazo continúa siendo la herramienta más eficaz. Aun así, se usa poco, tarde o mal.

El origen de este miedo colectivo suele ser el estudio WHI del 2002, cuyos resultados iniciales fueron interpretados de forma exagerada y, en muchos puntos, directamente incorrecta.

Hoy se sabe algo muy distinto:

(En mujeres sanas, menores de 60 años o dentro de los primeros 10 años desde la última menstruación, la terapia hormonal no solo es segura, sino protectora).

Protege huesos, mejora el sueño, reduce síntomas vasomotores y aumenta la calidad de vida.

Pero la mayoría nunca recibe esta información. A muchas simplemente les dicen: “es normal, acostumbrate”.


Si estás leyendo esto desde Argentina, una buena opción es consultar con equipos especializados en Climaterio, que saben más que un ginecólogo/a estándar. El del Hospital Italiano es uno de los más serios y actualizados. https://www.hospitalitaliano.org.ar/hiba/es/news/climaterio-y-endocrinologia-ginecologica


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Benzodiacepinas: el “remedio rápido” que puede arruinar años de tu vida


Cuando aparece el insomnio (y suele aparecer antes de que llegue la menopausia oficial), muchas mujeres reciben la peor recomendación posible: clonazepam, alprazolam, lorazepam u otras benzodiacepinas.


Estas drogas no fueron diseñadas para dormir. Lo repito: NO SON PARA DORMIR!!! Son útiles en situaciones muy específicas, como crisis de ansiedad severa o convulsiones. Pero hoy se recetan como si fueran caramelos para “ayudar a descansar”, sin explicar que el sueño que generan no es realmente dormir, sino sedación. Y eso cambia todo.

Dormir es restaurar. Ser sedada es apagar el sistema nervioso a la fuerza.



¿Por qué son una mala idea en este momento de la vida? Porque generan tolerancia (al poco tiempo necesitarás aumentar la dosis), porque crean dependencia real (física y emocional), porque afectan directamente la memoria y la claridad mental, porque no tratan el insomnio sino que lo tapan, porque el sueño que producen no es profundo ni reparador y porque aumentan riesgos que nadie menciona: irritabilidad, caídas, deterioro cognitivo severo, rebote de ansiedad y hasta depresión.


Lo más peligroso es que en esta etapa el sistema nervioso está más vulnerable por los cambios hormonales. Las benzodiacepinas pueden empeorar exactamente lo que intentan aliviar.


Así empieza un círculo que muchas mujeres conocen demasiado bien: cansancio, niebla mental, más ansiedad, más medicación. Y salir de ahí es muy difícil.

Entonces… ¿qué debería recibir una mujer en esta etapa?

--> Primero debería recibir información, no sedantes.

La perimenopausia no se trata con recetas rápidas, sino con una mirada integral que tenga en cuenta hormonas, alimentación, sistema nervioso, metabolismo y estilo de vida.


Para la ciencia, existen tres pilares reales:

  1. La terapia hormonal de reemplazo, correctamente indicada por un especialista.

  2. Cambios en la alimentación y en el movimiento que respondan a esta nueva etapa.

  3. Apoyo natural con evidencia real: adaptógenos, fitoterapia, manejo del estrés, fortalecimiento muscular y una reducción significativa del consumo de harinas y azúcares.


El problema no es la menopausia. El problema es que nadie explica que el cuerpo cambia… y que una mujer también necesita cambiar con él.


La nueva fórmula: lo que realmente funciona cuando el cuerpo cambia. Una vez que se deja a un lado lo que no sirve (sedantes, consejos viejos, miedo a las hormonas), aparece lo importante: cómo recuperar bienestar de verdad.

La ciencia es clara en algo: la menopausia no se aborda con una sola herramienta. Es la combinación correcta lo que transforma la vida.


1) La alimentación cambia, sí o sí

El metabolismo se modifica profundamente. La sensibilidad a la insulina cae, la masa muscular se reduce más rápido y el cuerpo responde distinto a los mismos alimentos. Por eso tantas mujeres dicen “como igual que siempre y aumento de peso igual”.


Para revertir este proceso hay dos claves:

Aumentar la ingesta de proteínas a 1,2–1,6 g por kilo por día y reducir harinas, azúcares y ultraprocesados. Este único cambio mejora la energía, reduce la inflamación, regula el ánimo y ayuda al sueño.


2) El ejercicio de fuerza es medicina

Si hubiera que elegir un hábito casi “mágico” para esta etapa, sería este. El entrenamiento de fuerza regula hormonas, mejora la sensibilidad a la insulina, acelera el metabolismo, protege huesos, baja la ansiedad, ayuda a dormir y mejora la memoria.

No existe ninguna pastilla con este nivel de impacto. Tenelo en cuenta.


3) El apoyo natural correcto puede ayudar mucho

No todos los suplementos funcionan. No todos tienen evidencia. Pero algunos sí demostraron eficacia.

Adaptógenos que sí: Reishi + Melena de León

Calman el sistema nervioso, construyen patrones de sueño reales (no sedación), mejoran la ansiedad, recuperan claridad mental y estabilizan el ánimo. Se toman a la noche.


Tintura madre o extracto herbal: Cimicífuga

Es uno de los fitoterápicos más estudiados para sofocos y síntomas vasomotores. No es un fitoestrógeno, es el mejor y más potente modulador neuroendocrino: actúa principalmente a nivel del hipotálamo y del receptor serotoninérgico, regulando la temperatura, el estado de ánimo, los sofocos y la calidad del sueño.


Si te falta energía: Cordyceps

Es otro hongo adaptógeno muy útil cuando la fatiga es tan grande que afecta la motivación y la energía diaria. Se toma por la mañana.

Los adaptógenos no reemplazan hormonas, pero sí pueden mejorar profundamente la calidad de vida.


4) El sistema nervioso también necesita cuidados

La perimenopausia no afecta solo al cuerpo. Cambios en estrógenos, serotonina, dopamina y GABA explican la irritabilidad, la ansiedad, la baja tolerancia al estrés y la niebla mental que tantas mujeres describen.

Por eso, regular este sistema es fundamental para volver a sentirse una misma.

La verdad final: no estás rota, estás desinformada


La mayoría de las mujeres piensa que algo se rompió dentro suyo, que su mente ya no funciona igual, que su cuerpo cambió de golpe. La verdad es otra: nadie les explicó lo que realmente estaba pasando.

No te falta voluntad. No te falta fuerza. No te “estás volviendo loca”. Lo que te faltaba era información.

La menopausia no debería ser sinónimo de insomnio eterno, aumento de peso, ansiedad incontrolable o dependencia a medicamentos que nunca fueron pensados para vos. Debería ser una transición acompañada, respetada y cuidada.

Hoy sabemos más que nunca: la terapia hormonal puede cambiar vidas, la alimentación y el ejercicio pueden revertir síntomas, los adaptógenos bien elegidos pueden equilibrar el sistema nervioso y la información correcta puede devolverte claridad, energía y bienestar.

La menopausia no es el final de nada. Es el inicio de una etapa distinta, que necesita otro tipo de cuidado. Cuando entendés tu cuerpo, todo cambia: tu sueño, tu humor, tu energía, tu vitalidad.

No estás sola. No estás exagerando. No te falta nada. Te faltaba saber.

Y ahora que sabés, podés elegir mejor.


Fuentes:

Estudios sobre Terapia Hormonal de Reemplazo (THR):

  • Women’s Health Initiative (WHI), estudio original 2002 y reanálisis posteriores del National Institutes of Health

  • North American Menopause Society (NAMS) Position Statement 2022 sobre terapia hormonal

  • Endocrine Society Clinical Practice Guidelines 2015 y actualizaciones sobre manejo del climaterio y la terapia hormonal

  • British Menopause Society revisiones sobre seguridad y eficacia de TRH en mujeres menores de 60 años o dentro de los primeros 10 años de menopausia


Estudios sobre benzodiacepinas:

  • American Psychiatric Association (APA) guías clínicas sobre dependencia y riesgos cognitivos asociados al uso prolongado

  • British Journal of Clinical Pharmacology estudios sobre deterioro cognitivo, tolerancia y habituación

  • FDA Drug Safety Communications sobre dependencia física y psicológica por uso crónico

  • Harvard Medical School informes sobre alteraciones del sueño inducidas por sedación y efectos sobre memoria


Estudios sobre metabolismo, ejercicio y menopausia:

  • Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism estudios sobre resistencia a la insulina en menopausia

  • The Lancet Diabetes and Endocrinology evidencia sobre pérdida de masa muscular y cambios metabólicos

  • Mayo Clinic revisiones sobre ejercicio de fuerza en mujeres perimenopáusicas

  • North American Menopause Society (NAMS) guías sobre el impacto del ejercicio de fuerza y la composición corporal

  • Harvard Medical School revisiones sobre salud metabólica y regulación hormonal mediante entrenamiento de fuerza


Estudios sobre cimicífuga (Black Cohosh):

  • Cochrane Review 2012 y actualizaciones sobre eficacia para sofocos

  • Journal of Women’s Health estudios sobre síntomas vasomotores

  • Phytomedicine investigaciones sobre seguridad hepática y perfil fitoquímico

  • Journal of Ethnopharmacology estudios sobre mecanismos de acción no estrogénicos


Estudios sobre adaptógenos (Reishi, Melena de León, Cordyceps):

  • International Journal of Medicinal Mushrooms estudios sobre reishi y modulación inmunológica

  • Journal of Ethnopharmacology evidencia sobre ganoderma lucidum y efectos sobre estrés fisiológico

  • International Journal of Molecular Sciences investigaciones sobre melena de león y actividad neurotrófica

  • Phytotherapy Research estudios sobre extractos de melena de león y salud cognitiva

  • Journal of Pharmacological Sciences estudios sobre cordyceps, energía y metabolismo

  • Fitoterapia revisiones sistemáticas sobre el rol de adaptógenos en regulación del estrés, sueño y sistema nervioso


Estudios sobre sistema nervioso y cambios neuroquímicos en menopausia:

  • NAMS Practice Pearl sobre alteraciones de dopamina, serotonina, GABA y acetilcolina

  • British Menopause Society datos sobre niebla mental, ansiedad y cambios neuroendocrinos

  • Journal of Women’s Health investigaciones sobre funciones cognitivas y fluctuaciones hormonales

 
 
 

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